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lunes, 8 de noviembre de 2010

¿De qué infierno crees que emerges? Colándote en mis días pretendes asustar. Queriendo intoxicar el aire que respiro, perfumándolo con dulce veneno de espinas que huelen a rosas. Buscas que siga ahora tus pasos mas no puedes siquiera andar. Eres un nefasto caminante sin pies.
En tus labios susurras palabras extrañas, dices que hablas de amor. ¿Qué profeta finges ser? En tu predica no se oyen más que lamentos disfrazados con un ficticio sabor a miel.
Desde tu escondrijo te escurres con sigilo hasta mi guarida, invisible, imperceptible. Piensas que desde el silencio podrás apagar mi voz, que tu presencia ausente puede atormentar este fuego que nace, que esas oxidadas cadenas del recuerdo pueden atrapar este sosiego, esta nueva fuerza que hoy me domina. Sin embargo vanos serán tus agotados esfuerzos.
Buscas ahondar en los más profundo de esas viejas heridas, esas que ya no están. Inútil será cualquier inquisición, han cicatrizado ya todos los daños que marcaron mi piel. La sal que guardas en los bolsillos ya no destruye mi cuerpo.
Tu cielo no aplasta más que tu ego.  Eres el Dios de las mentiras, y mi escepticismo impide inclinarme ante tu errada grandeza. Hoy te disfraza el velo de la ridiculez y la cobardía. Eres soberano en el reino del olvido. Intentas arrastrarme con falacias a un mundo que ya no existe, que destruiste.
¿Es que todavía no puedes verlo? ¿Es que acaso no lo has notado? Tus palabras ya no llegan aquí donde me encuentro ahora, tus garras ya nunca más podrán alcanzarme. Mientras agotabas tus fuerzas, naufragando en un ayer, yo me he elevado, muy lejos ya de tus impostores besos.
Puedo verte desde aquí, arrastrándote entre suplicas en aquel desierto que te envuelve. Vendiendo entre lágrimas ilusiones tan falsas como tu desdibujada sonrisa. Hoy te veo en aquellas lejanas profundidades donde decidiste anclar tus sueños. Hoy te veo, y siento a lo lejos que susurras mi nombre, pero ya no. Pero ya no.

6 comentarios:

Facundo Kishimoto dijo...

Aplausos, desde la sima del averno para Lágrima.
La ansiedad fue recompensada.
GRACIAS

El ladrón de Bombines dijo...

Ya son miniaturas bajo nuestros pies...

HERMOSAS metáforas, sutil pero poderoso...o "elevado" como diría Federico. Esas son las palabras que me gustan leer.

Comparto con "Greg".

Te adoro preciosa...

Unknown dijo...

Escribís muy pero muy bien, como te dije en otra ocasión... Y me sorprendo (mientras escucho 'Say It Ain't So, Joe' de y por Murray Head) vislumbrando historias que van más allá de éstas líneas... En otras palabras, tus textos me hacen imaginar mucho más de lo que dicen, y eso es increible. Me llenan de pensamientos, de reflexiones. Me instalan, definitivamente, en un lugar de asombro y perplejidad. Cambiaste mi ánimo con esta entrada. Impresionante. Y te agradezco, no porque me sienta mejor después de haber leido (creo más bien que es al revés), sino por el efecto causado... es difícil de explicar.

Saludos.

Peperina dijo...

Genial, da gusto leer tanta metáfora acertada junta.

Fernando Vega dijo...

Un texto intenso, cargado, fuerte.

Gracias por pasarte =)

Peperina dijo...

Mañana estaré por allá :)