Juegan, ríen, vuelan, sueñan. Tienen ideas y mascotas extrañas, dibujos incomprensibles y palabras raras. Se divierten, son tan felices en ese mundo de papel. Tienen el don de transportarse, a través de la música, al sitio de la imaginación que quieran. Son bacas, Alabastros, fantasmas que escriben, sombreros y lágrimas que se hacen presentes sobre la vieja mesa de roble. Entre la cerveza y el humo, estos tres jóvenes principiantes, se aventuran a ser niños otra vez, siempre en el mismo sitio, una vez por semana.
2 comentarios:
Uijk uijk uijk
Si fuera uno de ellos, mi corazón sería una bomba de tiempo a punto de estallar.
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