Una noche, de la nada, de repente, apareciste.
En medio de esa inquietante y enigamática oscuridad, tú brillaste, encandilaste con tu luz mis ojos durante esa eterna brevedad. Si, quizas haya sido solo un instante, una fracción de segundo, pero ese fugaz momento, fue necesario para que yo pudiera divisar mi camino, para iluminar momentaneamente mis ideas, para caminar segura después de tu encuentro.
Apareciste, y con tu llegada nació esa ilusión, esas ganas de pedir mis tres deseos entre las sombras y que vos los tomes con tu luz, te los lleves y los hagas realidad. Esa ilusión, esa fantasía, esa magia que creaste con tu paso.
Apareciste, y con tu llegada, tambien llego tu fin,
En tu deslumbrante paso, fuiste marcando tambien tu partida, desvaneciendose en el cielo, perdiendose en la tempestad, y quizas, creas que solo eso fue, un instante, un segundo.
Pero dime, mi estrella fugaz, ¿quien olvida tal majestuosidad, cuando tiene el placer de verla brillar en el cielo a pesar de su brevedad?
Brillaste en mi cielo e iluminaste mi camino.
7 comentarios:
y desgraciadamente te amo y no lo puedo evitar
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