llegó la hora de apilar
estas ganas acumuladas
en el brillo de tus ojos
lejanos, lejanos
es momento oportuno
de cerrarle el paso
a las intenciones contenidas
al deseo creciente
a los besos silenciosos,
invisibles, inexistentes
y de gritarle al tiempo
con la furia desgarrada
sobre aquellas ilusiones
que se escapan, que nos huyen
y que nos mantiene expectantes
en una interminable espera
y que me encierran solitaria
entre versos amargos
de infinita paciencia.
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